He estado haciendo memoria de las escritoras de mi infancia. No recuerdo ni una en el listado obligatorio de lecturas de mi colegio. ¿Las películas? Tampoco se me ocurre ninguna que estuviese dirigida por una directora cuando yo era niña. ¿En el deporte? Aquello era cosa de chicos. Y del mundo de las ciencias mejor ni hablamos. Apenas me salen un par de nombres... En los últimos años, hemos impulsado un cambio profundo, luchado por nuestros derechos, progresado hacia la igualdad, pero la clave para conseguir avanzar más y más deprisa es visibilizar el talento femenino: celebrar a esas mujeres que han roto barreras convirtiéndose en referentes. Porque como dijo Kamala Harris en su investidura como vicepresidenta de Estados Unidos: «Soy la primera, pero no seré la última».

Si miramos al mundo de la fotografía, por ejemplo, sólo cuatro mujeres han ganado el World Press Photo en 66 años. Y algo parecido ocurre en la literatura: el premio Cervantes ha ido a parar a seis mujeres frente a 41 hombres. Mientras, en el Panteón de París, mausoleo donde descansan las personalidades más destacadas de Francia, han entrado 75 hombres y únicamente seis mujeres. ¿Y qué pasa en la moda? Sigue siendo una industria liderada principalmente por ellos, a pesar de que somos legión en universidades, redacciones y talleres.

En ELLE hemos querido dar un paso hacia delante e intentar cambiar esa mirada masculina que ha definido la historia, las imágenes, los libros y la sociedad. Y aportar un punto de vista femenino, diferente, cómplice, capaz de reflejar el de otras y trasladar nuestra identidad. Por eso, este ejemplar está hecho cien por cien por y para mujeres: es un ELLE x ELLAS. Hemos contado únicamente con mujeres delante y detrás de las cámaras. En nuestras plumas y en nuestras reuniones. Toneladas de talento femenino para cambiar la conversación: 175 mujeres, 15 fotógrafas, 25 periodistas, 9 estilistas, 12 maquilladoras... Nos ha costado, hay que admitirlo. Es un hito periodístico, dicen algunas compañeras orgullosas del proyecto. Es la revolución de la sororidad, dicen otras. Un himno a todas las que trabajan para que el mundo sea un lugar mejor, añaden las más apasionadas. Y si en algo estamos de acuerdo todas es que aún es necesario generar espacios como este para que se conozcan nuestras luchas, nuestros triunfos y también nuestros tropiezos. Debemos destacar ejemplos reales en los que inspirarse, porque no puedes soñar con ser alguien que nunca has visto.

Urge añadir nuevos temas y miradas en la agenda, y poner de moda otra manera de ser, vivir y liderar. ¡Y todo el mundo está invitado a ella! Por eso, a lo largo del mes de marzo, también en ELLE.ES, cada día tendremos una portada digital dedicada a celebrar a una mujer inspiradora.

Hoy reunimos en estas páginas un caleidoscopio único, un porfolio de protagonistas a las que damos voz, luz y poder. Para que marquen el camino, abran las puertas y dejen entrar a las demás: desde la legendaria feminista Gloria Steinem hasta la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, pasando por la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola; la directora creativa de Dior, Maria Grazia Chiuri; la modelo activista Cindy Bruna, la astronauta y bióloga molecular Sara García; la ministra de Educación, Pilar Alegría; la artista Joana Vasconcelos, la directora de cine Carla Simón; la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas; la comprometida actriz Liz Hurley o la top internacional Kaia Gerber.

Juntas somos más fuertes. Juntas multiplicamos y podemos construir ese nuevo mundo en el que la voz de las mujeres tenga su espacio y se oiga tan alto y claro como la de los hombres. Somos muchas persiguiendo este cambio. A algunas quieren callarnos, como es el caso de las afganas, ahora privadas de la educación –Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz, decía: «Existen pocas armas en el mundo tan poderosas como una niña con un libro en la mano»–. O como el dramático caso de las iraníes. Sus voces han empezado a sonar, a pedir, a exigir. Son valientes porque se juegan todo. Este ejemplar también va por ellas.

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